HABLA LA IMAGEN: Exhibición Fotográfica

RIO GALLERY II, 583 Riverside Drive &135th St.
New York, NY 10031

Recepción de Apertura 8 de febrero 2013, 6:30PM a 8:00PM

Maximilliano Medina, José Guichardo,
Reynold C. Kerr, Radhamés Morales

La Imagen y el Espacio Existencial

Por, Alexis Mendoza

El hecho de que la fotografía deba definirse continuamente desde un punto de
vista teórico en la forma de una suerte de petición de disculpas que le obligue a
redefinir una vez tras otra sus criterios, generalmente sobre la base de negar la
exclusividad, el formalismo esencialista o lo ilimitado de su práctica y, al tiempo,
la defensa de la supuesta libertad del formato a todo tipo de factores ideológicos,
conceptuales, vivenciales, grupales, transgenérico o históricos que acabarían por
garantizar su agónico mantenimiento. Sucede como si la fotografía hubiese de partir
por necesidad de su circunstancia intempestiva, cuando no simplemente negativa,
frente a la conveniencia histórica o la positividad incuestionable de otros gestos que
campean a sus anchas por el espacio expositivo de la industria cultural. “Habla la
Imagen”, explora temas relacionados con la vida cotidiana, costumbrismo, culturalidad, etnografía. Incluye obras de Maximilliano Medina, José Guichardo, Reynold C. Kerr y Radhamés Morales. La exposición nos invita al análisis de una fotografía real/liberal nos lleva a un encuentro personal, un encuentro humano, inmerso en un entorno, un tiempo y un espacio algo que tiene mucha relación con las variables que constante y ontológicamente nos acompañan o que nos rodean.

“Habla la Imagen”, concuerda con la idea de la ingenuidad estética como posibilidad
de esta libertad, Maximilliano Medina refleja la realidad alrededor de la identidad, este lenguaje da cuenta de distintas inquietudes: la referida a la identidad personal, que se manifiesta en términos de construcción y búsqueda del yo. En virtud que la identidad no es un concepto que se mantiene fijo e inamovible, aparecen miradas centradas en la identidad internacional y de género el abordaje de temáticas autorreferenciales particularidades emocionales, históricas y culturales que tratan de construir un imaginario colectivo, una pertenencia. En la obra de Medina percibimos que para cada sociedad, para cada cultura hay distintos modos de inserción ya sea en términos epócales, regionales o generacionales. La intertextualidad es otra característica que se relaciona con la posmodernidad por tratarse de una reescritura. No se puede establecer una clasificación temática de la obra de Medina, ya que el tema de cada composición se diluye en su ejecución. Su eclecticismo no es tanto una incertidumbre como un método para liquidar aquello que no existe más que en el día a día. Una constante que se manifiesta en todas las composiciones es el amor por la simplicidad y la perfección de la belleza en todas las cosas. Su técnica funde la belleza exquisita y la emoción delicada, pues armoniza la inconsistencia desgarradora y atemporal de la materia con la delicadeza sutil del espacio.

La presencia africana en la obra de Reynold C. Kerr evita, huye de la literalidad de
alusión a su referente; por el contrario, se refugia en la “realidad de la ficción”. Necesita mucho del descubrimiento y el desvelamiento; por consiguiente, la sugerencia, lo implícito, la elipsis, tienden a potenciarlo. Reynol C. Kerr, antropólogo, etnógrafo, investigador, promotor cultural, autor y artista, genera una fotografía que alude al culto, a la descripción y la explicitud generativa. El sujeto del rito o símbolo africano es consciente del diálogo interpersonal, espera a su interlocutor, en la medida que articula los mecanismos esotéricos para granjearse la atracción del que mira o examina la obra. Por eso el tema relacionado a elementos y representaciones afro-religiosos asiste cierta dosis de identidad e internacionalidad, recursos que vehiculan el ritual de la proximidad. Cada obra reta a la realidad del mundo, en cada imagen algo desaparece, sin ceder a la tentación del vaciamiento, pues la imagen sigue viva: ahí radica el secreto de su arte.

La obra de José Guichardo nos expresa la propia existencia del individuo,
compleja, difícil, en medio de crisis y ausencias, pérdidas sucesivas, estrategias de
supervivencia, incertidumbres y avatares diversos, experimenta la agudización de
conflictos y problemáticas en detrimento de aquellos valores que han identificado la
naturaleza de lo humano. Indiferencia, incomunicación, superficialidad, banalidad,
inercia, hastío, violencia, entre muchos otros, se extienden como dilemas acuciantes
de la sociedad en que vivimos hoy día. En cada obra el personaje central nos cuenta
desde el nebuloso caos de las impresiones sensoriales, almacenadas en la memoria,
Guichardo asciende al descubrimiento de este sentido esencial, actuante a través de
la reminiscencia. De cada metamorfosis, de cada no respuesta, de cada súbita unidad de ruptura y de interposición, se crea esa imagen que no se desvanece, y las palabras que vamos saltando, despreciando su primera imantación asociativa; la otra cohesión que exige de la palabra la metáfora ofrece en su contrapunto, la formación de ese otro cuerpo integrado por la sustancia poética que ha logrado el ente de creación, el germen sucesivo, ya que lo primero que llega es el siempre que se va quedando.

En la obra de Radhamés Morales existe cierta documentación, un periodismo artístico que nos muestra seres esperpénticos, en movimiento, al borde de la vida, o incluso en los dominios de esta. Seres que han extraviado todo asidero mortal, a los cuales solo les es dado el crepúsculo, la noche y sus entuertos. Los ojos permanecen abiertos, renuentes a dialogar con un entorno que se antoja visceral, lacerante. Y cuando están cerrados son portadores de una ansiedad y un desequilibrio emocional penetrante. La fotografía de Morales coexiste sin coincidir nunca con la vida individual, determinada social e históricamente, que también todos somos y que nos hace pertenecer a un mundo. Morales se erige en una suerte de psicólogo, un escrutador de la condición humana y la sensibilidad de ese sujeto que cuenta su historia, nos dicen de la vida y de su pasado.

En conclusión “Habla la Imagen” nos transporta y nos revela una sensación, un punto de vista alterado o dislocado, la presencia de otros lenguajes no bastan para hacer una obra fotográfica, una imagen o un discurso interesante; fácilmente corre el peligro de derivar en la pura descomposición de una materia que, por exceso de interferencias, tan sólo se muestra efímera. Tal como parece incuestionable, existe esa tal sensación de la imagen, lo más saludable es que no desatendamos la consecución obstinada de una cierta lógica de esa específica sensación. Esto no es formalismo, es libertad. Se trata simplemente de confiar en las fuerzas y la capacidad de presencia de un conjunto visual que supera, por supuesto, la mera organización óptica. Los fotógrafos han de ser los primeros en creer en ello y creer en la libertad de hacer una fotografía libre.

Alexis Mendoza es artista, escritor y curador independiente. En estos momentos vive y trabaja en la Ciudad de Nueva York.

Bibliografia:

_______________ Mendoza, Alexis, El Instante y el Secreto de la Intuición
Fotografia Contemporanea Cubana, 2010, Introduccion a la fotografia Latinoamericana y su desarrollo.
_______________J.Lafaye,”¿Identidad literaria o alteridad cultural?”, en Identidad cultural de Iberoamérica en su
literatura, Madrid, 1986, págs. 24-23.
_______________D.V.Picotti C, El descubrimiento de América y la otredad de las culturas. – 1492-1992. A los 500
años del choque de dos mundos. Balance y prospectiva, Buenos Aires, 1991, p. 143.
_______________Yuri Guirin, En torno a la identidad cultural de América Latina
_______________L.J.González, “La alteridad como concreción de la opción por la persona”, Temas de Ética
latinoamericana , Bogotá, 1984. P. 136.
_______________Kush, Rodolfo. Esbozo de una antropología filosófica americana. Buenos Aires, Castañeda, 1978.

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